El término Legal Tech, que remite a la unión de la tecnología con la práctica legal, ha inspirado mucha emoción en los últimos años. Sin embargo, es válido preguntarnos por qué este concepto es tan reciente, cuando la profesión legal ha sido afectada por avances tecnológicos diversos tales como el papel, la imprenta y los sistemas de mensajería.
La respuesta es que las nuevas tecnologías de la información, desarrolladas desde hace unas pocas décadas, prometen cambios totalmente disruptivos, con el potencial de desafiar y transformar por completo el panorama del sector legal.
Los actores del sector legal deben permanecer atentos y dispuestos a innovar; incluso cuando los líderes del mercado se resisten a hacerlo. Con ello en mente, podemos conocer un poco mejor qué implicancias trae la disrupción tecnológica en los servicios legales.
¿Qué es?
Más allá de la evidente fusión de los términos “Legal” y “Tecnología”, actualmente no existe un consenso total en la definición de Legal Tech, ya que esta suele depender de la utilidad que se le busca dar según cada caso concreto. Sin embargo, como destaca la investigadora Eluisa Helbig-Marchena, al hablar de este fenómeno, sea cual sea el enfoque que se adopte, siempre se estará haciendo referencia al uso de las tecnologías emergentes en el desarrollo de servicios o productos dirigidos a la mejora de las actividades jurídicas[1].
Bajo este paraguas conceptual, se puede considerar como parte del Legal Tech el uso de las tecnologías tanto en para el trabajo de abogados como para el trabajo de operadores jurídicos públicos (ej. jueces, fiscales, asistentes legales, procuradores, etc.). Asimismo, debemos incluir la influencia que tiene el uso de tales herramientas en el diseño y aplicación de diversas leyes relacionadas con los derechos de acceso a los servicios de justicia.
Para comprender el proceso de adopción tecnológica que ha venido experimentando el sector legal podemos observar algunos de los hitos más importantes, los cuales se pueden agrupar en tres etapas.
La primera se basó en la copia del contenido de la ley en los sistemas de información jurídica, es decir, en su digitalización. La segunda se basa en la automatización de los procesos de toma de decisiones, es decir, la creación de sistemas expertos más o menos sofisticados, utilizando, entre otros, mecanismos de inferencia. La última consiste en vincular normas jurídicas o contenidos contractuales a códigos de programación, es decir, ingeniería jurídica[2].
¿Para qué sirve?
La utilidad de las herramientas que ofrece el sector del Legal Tech son cada vez más notorias, es por ello que el profesor Richard Susskind destaca algunas de ellas como potencialmente disruptivas para los servicios legales[3]:
- Automatización de documentos: Permite generar documentos legales de diversos tipos en unos pocos minutos y de forma sencilla.
- Código abierto legal: Herramientas que recopilan y comparten bases de datos con información de utilidad legal (sentencias, formularios, modelos de contratos, etc.), disponibles para su consulta por parte de cualquier persona.
- Resolución de disputas en línea: Llevar el proceso de resolución de una disputa legal a través de Internet, desde la formulación hasta la solución, de forma total o parcial (conocido comúnmente como ODR).
- Predicción mediante Inteligencia Artificial: Se están desarrollando métodos cada vez más sofisticados para detectar patrones y correlaciones en grandes cantidades de datos. Estas técnicas permiten realizar proyecciones sobre la probabilidad de éxito de un litigio o posibles contingencias en un documento legal.
- Respuesta a preguntas legales: Herramientas soportadas en el desarrollo de sistemas diseñados para responder automáticamente a las preguntas formuladas por los usuarios mediante un lenguaje cotidiano. Se apoya principalmente en técnicas del campo de la Inteligencia Artificial conocido como natural language processing.
Las innovaciones en el sector legal revelan que todos sus operadores deben tener la mente abierta. Una era de cambios tecnológicos sin precedentes, como la que estamos viviendo, demanda que todos los profesionales de este campo estén dispuestos no solo a reentrenar nuevas competencias, sino a propiciar cambios en la praxis del Derecho.
En otras palabras, al pensar en tecnología e Internet, el desafío no es solo automatizar las prácticas laborales actuales que no son eficientes mediante la adopción de nuevas tecnologías. El desafío es innovar, ejercer la abogacía de formas que no podríamos haber hecho en el pasado[4].
(*) Artículo co-escrito con Jordi Sardá, ex niuboxer y consultor académico de Niubox.
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Referencias:
- Mania, Karolina. (2022). Legal Technology: Assessment of the Legal Tech Industry’s Potential. Journal of the Knowledge Economy. Véase en: https://link.springer.com/article/10.1007/s13132-022-00924-z
- Helbig-Marchena, Eluisa, et al. (2022). Legal Tech Index. Programa Estado de Derecho para Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer.
- Susskind, Richard . (2017). Tomorrow’s Lawyers: An Introduction to Your Future. 2da Edición. Oxford University Press.
[1] Helbig-Marchena, Eluisa, et al. (2022). Legal Tech Index. Programa Estado de Derecho para Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer.
Véase en: https://www.legaltechindex-latinamerica.org/
[2] Mania, Karolina. (2022). Legal Technology: Assessment of the Legal Tech Industry’s Potential. Journal of the Knowledge Economy. Véase en: https://link.springer.com/article/10.1007/s13132-022-00924-z
[3] Susskind, Richard . (2017). Tomorrow’s Lawyers: An Introduction to Your Future. 2da Edición. Oxford University Press. p. 68.
[4] Susskind, Richard . (2017). Tomorrow’s Lawyers: An Introduction to Your Future. 2da Edición. Oxford University Press.
