Oscar Montezuma Panez, Director de Niubox
En setiembre del año pasado junto a un grupo de amigos organizamos el primer Legal Innovation Meetup #LIM2018 y nos llevamos la grata sorpresa de ver el interés no sólo de abogados sino de contadores y marketeros sobre el tema. En menos de una semana ya habíamos copado la capacidad del espacio que teníamos disponible gracias al gentil apoyo de la Universidad de Piura (UDEP). Los temas conversados fueron diversos desde aspectos de marketing, tecnología (legal tech) e incluso esquemas de pricing. En febrero de este año desde Legal Hackers Lima repetimos el plato y la convocatoria fue igual de alentadora.
Si bien creo que las palabras “innovación” y “legal” han guardado históricamente una suerte de relación de antonimia existe una luz al final del camino y creo que es posible innovar en el mundo legal en general y, por supuesto en el peruano. Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) “innovar” significa “1. tr. Mudar o alterar algo, introduciendo novedades”. Como verán el concepto es bastante amplio y eso me trae una reflexión: innovar en el año 2018 en el mundo legal no implica sólo comprar tecnología “de punta”, digitalizar lo que está en papel y guardarlo “en la nube”, predicar sobre legal tech o poner mesas de ping pong o puffs para que la gente se siente con comodidad e intente ser creativa emulando a las empresas tech de Sillicon Valley. Innovar en el sentido más amplio de la palabra implica hacer las cosas de una manera diferente, cambiar el mindset completo de la organización top-to-bottom y traducirlo en acciones concretas. Eso es, en esencia, un cambio cultural, no tecnológico. Si no se promueve internamente una cultura del ensayo-error es muy difícil innovar. Por otro lado una cultura de sanción al error o de poco empoderamiento al equipo para la toma de decisiones de cualquier tipo sólo consolida estructuras verticales donde la posibilidad de introducir cambios, de hacer las cosas de forma diferente son casi nulas ya que las decisiones de innovación, si acaso, estarán en manos de un petit comité en la cima de la pirámide inhibiendo la innovación bottom-to-top (que es como muchos especialistas sostienen que la innovación debe fluir).
Por lo tanto creo que las posibilidades de innovación en el mundo legal son infinitas y que en innovación legal, menos es más. Podemos innovar en nuestra identidad de marca, en la comunicación externa, en nuestras estrategias de recursos humanos, técnicas de pricing, atención al cliente en fin. Creo que las firmas más innovadoras no tienen que ser las que más inviertan en tecnología sino las que más se animen por introducir pequeños cambios que vayan marcando grandes diferencias. La tecnología es sólo una herramienta que puede potenciar esas innovaciones.
En Perú.
No he hecho una búsqueda exhaustiva y no pretendo que esta mención lo sea pero una rápida revisión me permite destacar dos ejemplos de lo que creo es una forma diferente diferente de hacer las cosas.
- La nueva imagen de Payet, Rey, Cauvi. No sólo la nueva imagen de marca es atractiva visualmente y ofrece una tremenda flexibilidad para que los miembros de la firma escojan con cual de las opciones se identifican más sino que al mismo tiempo reconoce un valor importante en la diversidad del equipo. Ello ha ido acompañado de políticas “gender agnostic” que se han traducido en acciones concretas que se detallan en la nota preparada por Lex Latin. Se trata de una firma establecida con una trayectoria importante en el mercado peruano que estarían apostando por una forma distinta de hacer las cosas
- Nuevas estructuras de naming. Dos firmas relativamente jóvenes en el mercado peruano han apostado por dejar atrás la mención de sus nombres o apellidos en su imagen de marca. Se trata de Baxel Consultores y de Sumara Hub Legal. Me parecen dos fórmulas refrescantes en un mercado dominado por los apellidos. No digo que sean las únicas. Existen firmas como Casahierro que también apostaron por una fórmula similar algunos años atrás.
Se trata tan solo de algunos ejemplos quizás entre muchos otros. Si sumamos a ellos las innovaciones que se pueden dar en areas legales de empresas por Gerencias Legales y equipos de abogados in-house así como Gerencias Legales de entidades públicas quizás podríamos empezar a hablar de un ecosistema de innovación legal.
Hagamos visibles todas las iniciativas que conozcamos.
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